Día sí y día también, tenemos que escuchar y leer machiruladas a tipos de toda condición política, social, económica y mental. ¿A quién no le puede venir a la cabeza media docena de nombres de repente? Hace siglos, la cosa estaba aún peor; señoros con conocimientos de múltiples disciplinas, cuando se trataba de reflexionar sobre la condición natural de la mujer, sacaban a relucir unas buenas jaulas de grillos de sus cabezas. Las frases y opiniones más machistas de gente como Arístóteles, Rousseau, Schopenhauer, Hegel y Vallejo-Nágera.