Los robots 'de moda' tienen un poder cognitivo muy amplio, pero tienen carencias sociales y emocionales, alejados de las personas y en especial de la familia. Pedro Reynolds-Cuéllar, investigador de robots personales en el MIT Media Lab, cree que para que un robot sea inteligente necesita no solo la capacidad de procesamiento, sino una percepción más allá de la información cognitiva. "Debe poder percibir las emociones de una persona, cuáles son las señales emocionales de una persona", dice. Mabu y Jibo, dos ejemplos de robots más 'humanos'.
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