Prácticamente a la vez que Marco Polo llegaba a China, un monje chino de origen mongol, Rabban Bar Sauma, emprendía un viaje que acabaría llevándole a recorrer Bizancio y la Europa medieval y a conocer emperadores, papas y reyes. Desde el Pekín dominado por los mongoles hasta la Francia de los Capetos, Bar Sauma fue testigo de la erupción del Etna y de la elección de un papa, conoció al emperador del Imperio bizantino y pactó alianzas entre el Imperio mongol y el rey de Francia. Su historia quedó olvidada debido a la expansión del Islam.
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