Investigadores de la Universidad de Brandeis publican en Science que han dado el primer paso en la creación de un líquido autopropulsado, que fluye sin la acción humana o de la gravedad. Los investigadores buscaban recrear el sistema que hace que las células cambien de forma. Para ello extrajeron microtúbulos del cerebro de una vaca y los colocaron en una solución acuosa. La kinesina los alineó en paralelo conectándolos como un raíl y el ATP los puso en movimiento. En español:
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