Entre Tijuana y Ensenada hay una playa-autopista, una playa-mercado-de-pescado, una playa-chapoteadero. Es horrible. A la gente le encanta. Los carros que arriban a Popotla circulan metro y medio dentro del agua, buscando un hueco en la orilla, usando el claxon para forzar la huida de los niños, que juegan con sus cubos y sus palas. Las gaviotas también se apartan.
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