Si os digo que en 1995 Cantona le dio una patada voladora por gritar "Vete a tu país", igual os suena. Desde entonces perdió el trabajo y su familia y vecinos dejaron de hablarle, tras conocerse su activismo de ultraderecha y su racismo declarado. Ahora vive lloriqueando y contando a quien quiera soportarlo que Cantona le arruinó la vida. Moraleja: hay que patear a más fascistas. PS: Lo único que lamenta Cantona es "no haberle dado más patadas".
|
etiquetas: matthew simmons , cantona , patada , ultraderecha