Ahora, los investigadores de Loon, una empresa derivada de Google, han descubierto cómo utilizar una forma de inteligencia artificial para permitir que el controlador a bordo del globo prediga la velocidad y la dirección del viento a varias alturas y luego utilice esa información para subir y bajar el globo en consecuencia. El nuevo sistema de navegación impulsado por IA abre la posibilidad de usar globos estacionarios para monitorear las migraciones de animales, los efectos del cambio climático o la vida silvestre transfronteriza ilegal
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