En la sección de “sucesos” de un programa matinal aparecían hace pocas semanas dos noticias de tintes sensacionalistas. La primera hablaba de un hijo que había matado a su padre y la segunda de un individuo que había pegado una paliza a otro y lo había dejado en coma. Las decisiones periodísticas en la presentación y comentario de ambos sucesos fueron las siguientes: en el primero de los casos el presunto parricida necesariamente debía tener “trastornos mentales” que justificaran su conducta, pero en el segundo caso no era necesario.
|
etiquetas: locura , violencia , sensacionalismo , trastorno mental , psiquiatria