Investigadores de la Universidad de Lancaster, de la Universidad en Brístol y de la Universidad pública en Nottingham, no están entre aquellos que harán cola para comprar el nuevo y estiloso Fitbit Alta. Al menos no salvo que sea por una simple cuestión de ir a la moda. «Los dispositivos se comercializan bajo la premisa de que contribuyen en la mejora de la salud y de la forma física, pero la mayoría de los fabricantes no proporcionan evidencias que demuestren la efectividad de sus productos», escriben los investigadores en en Science Daily.
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