"Sin ella, también sin el comunismo, en Rumanía siguió la búsqueda de la nueva Nadia con métodos renovados. En 1993, el preparador Florin Gheorghe cogió a su pupila, Adriana Giurca, de diez años, y le estampó la cabeza varias veces contra la barra de equilibrio. Había cometido un fallo. En el siguiente ejercicio, la niña volvió a equivocarse y esta vez la emprendió a patadas con ella. Rodó por el suelo de los golpes. Le causó una conmoción cerebral y la dejó en coma. Murió dos días después. Se justificó diciendo que con Nadia era así"
|
etiquetas: nadia comaneci , gimnasia