Los delfines y los murciélagos no tienen mucho en común, pero ambos cazan a sus presas emitiendo sonidos agudos y escuchando los ecos. Ahora, un estudio muestra que esta capacidad surgió independientemente en cada grupo de mamíferos de las mismas mutaciones genéticas. El trabajo sugiere que la evolución a veces llega a nuevos rasgos a través de la misma secuencia de pasos, incluso en animales muy diferentes. La investigación también implica que esta evolución convergente es común, y está oculta dentro de los genomas.
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