En las células musculares, la molécula inhibidora bloqueó el MKP5 para que no inactivara las MAPK e inhibió la vía de señalización del TGF-β que da lugar a la fibrosis en la enfermedad muscular distrófica. Estos resultados demuestran que es posible atacar alostéricamente a las fosfatasas MAPK con un alto grado de especificidad, abriendo vías para el tratamiento de enfermedades para las que la inhibición de estas fosfatasas confiere un beneficio terapéutico.
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