En unas obras que según algunas entidades financieras han superado los 10.000 millones de euros que yo sepa no se ha dedicado ni uno solo a realizar un estudio paisajístico del interior de los túneles. El resultado puede verlo cualquiera que circule por ellos. Por supuesto que hay congestión en los túneles, lo mismo que antes había congestión en la superficie. Pero la diferencia en la salud psíquica del madrileño es notoria. Ahora los embotellamientos son iguales pero se desarrollan en el reino de los topos.
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