Mientras en España los interesados en comprarse un coche eléctrico deben luchar contra la incertidumbre que crea el actual sistema de ayudas públicas, que no se sabe cuando empiezan, cuando acaban, si hay o no presupuesto, a lo que hay que añadir el formato que supone contar con este incentivo como un ingreso más y su impacto en la declaración de la renta, en otros países se lo están tomando bastante más en serio. No hablamos de grandes potencias como Alemania, Francia, Noruega o Países Bajos. Hablamos de otros con presupuestos mucho más modest
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