Es una de las cosas que más pueden incomodar en las interacciones sociales: acabamos hablando del tiempo, del tráfico o de las vacaciones cuando hay temas más interesantes como el futuro de la humanidad o la melancolía. Acabamos en charlas triviales que nos hacen sentir más solos que acompañados. Pero el "smalltalk" existe por una razón: para evitar hacer daño. Como dijo Schopenhauer, cuando conocemos a alguien, hay pocos pasos para que coja un arma y se suicide. Se puede hablar de la muerte de forma trivial y del tiempo de forma profunda...
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