«En el golf la cadencia es amable. Toxicidad, fuera; mala vibra, fuera. Me quitas el sitio, te doy la mano. En el golf todo eran facilidades. En el golf escuchabas palabras como «gracias» o «por favor». Sonreías sin darte cuenta. Esto recuerdo del golf: sol tostado, paisaje verde, catering generoso, gente guapa y café ilimitado; seres educados en un tono de decibelios adecuado. Y lo mejor de todo: me daba absolutamente igual quien ganara»
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