Los excrementos de perro optan a convertirse en una fuente de energía muy interesante, que, por el momento, ya facilita el alumbrado de farolas en Reino Unido. Brian Harper es un ciudadano británico que se cansó de encontrar las bolsas con los excrementos tiradas a los lados de las calles, por lo que decidió cambiarlo. La materia orgánica es aprovechada desde hace siglos para producir gas inflamable, y Harper lo ha utilizado para acabar con este problema.
|
etiquetas: excrementos , energía