El número de padres que no vacunan a sus hijos sigue creciendo, a pesar de las advertencias de la OMS, por una falsa asociación con el autismo. Kristen O’Meara fue una de esas madres antivacunas hasta que sus tres hijas cayeron enfermas durante tres semanas por un simple rotavirus. “Estoy frustrada por la cantidad de información errónea que me encontré cuando emprendí este viaje”, escribe Kristen en un artículo del New York Post titulado Yo era una chiflada antivacunas... hasta que me pasó esto.
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