Cada uno de los tibetanos podría estar en un museo, decía Hopkinson, que viajó al Tíbet a principios del siglo pasado junto con otros viajeros autorizados a viajar, para realizar más de 6.000 fotografías de tibetanos que abarcan 30 años de la historia del país más recóndito del mundo. Esa visión de los pioneros británicos, que es como la del entomólogo que colecciona coleópteros bajo la vitrina y luego muestra orgulloso su colección de colores, es la que han desarrollado todos los occidentales cuando viajan al Tíbet pertrechados con su cámara.
|
etiquetas: tíbe , genocidio , parque temático