Su marido la convenció para entender una filosofía ligada a una interpretación radical de la Biblia: «comprendí que mi vida no se trataba de mí, se trataba de mostrar al mundo el poder, la sabiduría, la bondad, el amor y el perdón de Dios». Y se conoce que funcionó: «No me di cuenta de lo mucho mejores que serían mi vida y mi carrera al poner la confianza en Él, y una vez que lo he hecho, he encontrado felicidad y fortaleza. He vivido muchos momentos increíbles, pero solo ahora, que tengo a Cristo como piedra angular, realmente estoy viviendo».
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