La existencia desde 1611 de una Hermandad de mercaderes de libros en Madrid, constituida bajo la advocación de San Jerónimo, no obligaba a quienes deseaban ejercer el oficio su pertenencia a ella y, como en el resto del Reino, el comercio librario podía desarrollarse en todo tipo de tiendas, puestos, porterías e incluso casas particulares, al no ser esta una actividad legal y estrictamente reglamentada.
|
etiquetas: compañía , mercaderes , libro , corte , profesión , s. xviii , industria , librería