Los cabezas negras tenían un panteón de más de 3.600 dioses. Había dioses para todo tipo de asuntos, desde lo más serio como la Justicia (Nanshe) o la Literatura y la Escritura (Nidaba), y otras más surrealistas, como el del tejido de la ropa (Uttu), el los secretos (Buzur) o el dolor de dientes (Ninsutu). Una característica que era común a todos es que no se preocupaban por los seres humanos. Si una persona se metía en problemas, sufría una enfermedad o necesitaba una pequeña ayuda sobrenatural había que recurrir a alguno de estos métodos.
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