La madrileña María Prieto trabajó como documentalista en la productora encargada del proyecto, la serie Im a Killer, con sede en Londres. Llegó a mandar hasta 50 cartas diarias a presos. "Iban a ser dos semanas y me acabé quedado 10 meses", explica de vuelta en Madrid. Prieto había trabajado en el sector audiovisual en Reino Unido durante cinco años.
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