Según el estudio de los científicos, son áreas empobrecidas de oxígeno, que se forman en remolinos y se trasladan hacia el oeste, a velocidades de entre 4 y 5 kilómetros por día. La mayor parte de la fauna marina es incapaz de sobrevivir en ellas, más allá de ciertos microorganismos. Así, cualquier animal que respire el 'agua muerta' de estos remolinos muere, lo que, desde luego, abre las puertas a la posibilidad de una muerte masiva. Fuente en inglés:
www.biogeosciences.net/