La vida de Adriana Ozores ha estado muy marcada por la muerte de su padre, José Luis Ozores, pero la herencia que les dejó es inigualable: "Era un niño grande que, consciente de lo poco que iba a durar, siempre quería divertirse y eso nos lo contagió", ha dicho la actriz. El juego era su forma de estar en la vida. Jugaba con Gila y su hermano Mariano durante las madrugadas, lo hacía en sus rodajes, con sus amigos, con sus hijos y, por supuesto, él solo: "Llegó a rechazar un papel protagonista en la película Recluta con niño porque había pedido
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