La fábula de Esopo

La ética de Taleb.

En el famoso cuento de Ahiqar, más tarde recogido por Esopo (luego nuevamente por La Fontaine), el perro alardea ante el lobo de todos los artilugios de comodidad y lujo que tiene, casi incitando al lobo a alistarse. Hasta que el lobo le pregunta al perro sobre su collar y se aterroriza cuando comprende el uso. “De todas tus comidas, no quiero ninguna.” Se escapó y sigue hoy corriendo. La pregunta es: ¿qué te gustaría ser, un perro o un lobo? La versión aramea original tenía un asno, en lugar de un lobo, mostrando su libertad. Pero a ese asno se lo come un león. La libertad conlleva riesgos: hay que poner la carne en el asador. La libertad nunca es gratis. Hagas lo que hagas, simplemente no seas un perro que dice ser un lobo.

Nunca intentes falsear un rango, lección por todos conocida en el reino animal.

Entre gorriones, los machos desarrollan rasgos secundarios que se correlacionan con su capacidad de lucha. El color más oscuro está asociado con el dominio. Sin embargo, el oscurecimiento experimental de los machos más claros no afecta su estado, porque el comportamiento no se altera. De hecho, estos pájaros más oscuros son asesinados, como me dijo una vez el investigador Terry Burnham: los pájaros saben que uno debe caminar el camino. [You need to walk the walk]. 

Los perfiles corporativos son los que, de forma contraintuitiva, corren mayor peligro. Mayor es la fragilidad cuanto más alto es su cargo.

Otro aspecto del dilema del perro contra el lobo: la sensación de falsa estabilidad. La vida de un perro puede parecer tranquila y segura, pero en ausencia de un dueño, un perro no sobrevive. La mayoría de las personas prefieren adoptar cachorros, no perros adultos. En muchos países, los perros no deseados son sacrificados. Un lobo está entrenado para sobrevivir. Los empleados abandonados por sus empleadores, como vimos en la historia de IBM, no consiguen reincorporarse.

En el National Mall se halla el sobrecogedor memorial de la Guerra de Corea, obra del escultor Frank Gaylord. 19 soldados de acero y una inscripción en la piedra: Freedom is not free.

La libertad tiene un precio.

Merece la pena pagarlo.