En Limbe, Camerún, un viajero se dirige a Yaounde, la capital. El autobús sale cuando se llena, un trayecto de 5 horas por 9 dólares. En el camino, la música alta y las paradas constantes impiden dormir. Ya en Yaounde, el tráfico es caótico pero ordenado. La ciudad tiene edificios coloniales antiguos y en el barrio moderno de Bastos, los taxis son amarillos y hay más limpieza, embajadas y la residencia del presidente.