El nuevo tratamiento para combatir la leucemia consiste en retirar del torrente sanguíneo del paciente millones de glóbulos blancos llamados células T o linfocitos T —comúnmente considerados los soldados del sistema inmunitario—, manipularlos genéticamente para que reconozcan y eliminen el cáncer por medio de las proteínas CD19, replicarlos y después reintroducirlos en el paciente. El proceso es caro porque cada tratamiento debe hacerse por separado para cada paciente.
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