Ese punto ciego no sólo es perceptivo y emocional, sino también moral, ético e incluso político. Existen ciertos asuntos en los que nuestros juicios acerca del bien y el mal, de lo moral y lo inmoral, de la justicia y el crimen, dejan de funcionar de manera coherente, puntos ciegos en nuestra percepción moral y política. Bertrand Russell nos enseñó una manera de prevenir esos puntos ciegos mediante el razonamiento lógico. Es cierto, como el propio Russell señaló más de una vez, que la lógica no puede solucionarlo todo, pero sí puede ayudarnos