La proletaria, necesita de los derechos políticos porque en la sociedad ejerce la misma función económica que el proletario, trabajo de la misma manera para el capital, mantiene igualmente al Estado, y es también explotada y dominada por éste. (...) Sus exigencias políticas están profundamente arraigadas no en el antagonismo entre el hombre y la mujer, sino en el abismo social que separa a la clase de los explotados de la clase de los explotadores, es decir, en el antagonismo entre el capital y el trabajo.