Tras resistir durante más de veinte años, en el año de 1479 Venecia, con una población civil y un ejército mucho más pequeño que el de los otomanos, se vio obligada a aceptar un acuerdo de paz propuesto por Mehmed II. Además de los territorios y diversos tesoros, el poderoso sultán exigió a los venecianos algo inusual: que el mejor pintor del lugar hiciera un viaje a Estambul, la capital del imperio, para que le hiciera un retrato.
|
etiquetas: turquia , imperio otomano , sultan , renacimiento , venecia