Alexei Leonov no sentía que estuviera en movimiento mientras se asía al exterior de su nave espacial a 500km. de la Tierra. La realidad es que estaba moviendose a velociades superiores a las que se desplaza un avión a reacción. Todo nuestro planeta se extendía ante él, un lienzo gigante de colores, texturas y contrastes. Fue el primero de nuestra especie en observar el planeta Tierra desde esa perspectiva y se vio abrumado: "No pueden comprenderlo. Sólo ahí afuera se puede sentir la grandeza y el enorme tamaño de todo lo que nos rodea" (ver
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