La verdad es que los plátanos son una maravilla del diseño: fáciles de pelar, sencillos de comer y cómodos de transportar. No sólo eso: podemos saber su nivel de maduración con solo mirarlos y, ojo al dato, se pueden cultivar durante todo el año. Y es una pena. Porque sí, el plátano debe morir y debe hacerlo cuanto antes. Al menos, el plátano tal y como lo conocemos. Y debe morir porque, en realidad, es la única forma de salvarlo. Empecemos por lo fundamental: los plátanos (o bananas) son un engendro de la naturaleza, un accidente genético y...