Estoy harto de vivir en la miseria histriónica del engaño y el egoísmo. Estoy solo en esta batalla (a pesar de las incontables muestras de simpatía con esta causa). Las cabezas de Escila son grandes, y monstruosas las fauces de Caribdis, sin embargo, tengo la espada más filosa, el arco más certero, el machete más oxidado: la verdad.
|
etiquetas: poesía y corrupción , mafias literarias