La abeja más antigua registrada se encontró en Myanmar, estaba recubierta de ámbar y tenía 100 millones de años. Por aquel entonces, las abejas eran como las avispas, comiendo a otros insectos en lugar de néctar y polen. La mayoría de las abejas no viven en colonias, prefieren una vida más solitaria. Los abejorros, por ejemplo, viven en madrigueras en el suelo.
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