Según un estudio de la Universidad de Aberdeen, en el Reino Unido, incluso una fuente lumínica tan insignificante como el piloto que indica el stand by de un televisor, puede alterar el sueño. Por eso, para dormir, hay que lograr sumirse en la oscuridad más absoluta. En caso de que no se pueda, una buena opción son los antifaces. Y si a ellos se unen unos tapones, tanto mejor. Un estudio al respecto realizado por el Instituto Rensselaer sugería que la melatonina se reduce en un 23% con dos horas de exposición a los dispositivos tecnológicos.
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