Rachele, la mujer oficial, es una figura singular. Era la hija de una viuda que se emparejó con el padre de Mussolini, también viudo. Así que Rachele era su hermanastra: la familia desaprobaba el noviazgo. Eso fue un aliciente para Mussolini. Dicen que empuñó una pistola para convencer a su padre de consentir ese matrimonio. Se cuenta que cuando Mussolini se acostaba con su mujer, luego le decía a su amante Clara Petacci «hoy he pagado el tributo»; y la Petacci, que es su amante más conocida, la que eligió morir con él, se ponía furiosa
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