Decir simplemente que fue un explorador quizá no sea lo más justo. Como tampoco lo fue su vida. Fue un explorador, sí. Uno de los románticos decimonónicos. Pero a la curiosidad por adentrarse en las tierras ignotas del mundo se le sumaban otros impulsos. Manuel Iradier fue también soldado, montañero, filósofo, escritor, conferenciante, naturalista, cazador, taxidermista, fotógrafo, inventor y masón.
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