Una de las especies gravemente damnificadas por el convoluto de distintos intereses publicitarios es la de los pingüinos. Entre todos los atentados contra su imagen pública, uno de los últimos y más terribles es la película Mr. Popper’s Penguins, dirigida en 2011 por Mark Waters y protagonizada por Jim Carrey, un espanto estúpido que incurre en la mayúscula agravante de usurpar el título del delicioso libro de Richard y Florence Atwater para adulterarlo por completo. La elegancia de las ilustraciones originales que hizo Robert Lawson para aquel
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