Cuando esta inversión no repercuta ni en el consumidor ni el tiempo de desarrollo de nuevos diseños, y cuando la sensibilización del consumidor sea lo suficientemente importante como para perjudicar las ventas de marcas con proveedores ambiguos, el problema del coltán y su comercio injusto habrá terminado para siempre. Mientras, seguiremos cómplices de las milicias congoleñas y sus prácticas delictivas.
|
etiquetas: guerra , coltán , pantallas táctiles , días contados