Grey Gardens no muestra conflictos bélicos ni terremotos; en realidad, no hay en todo su metraje ningún acontecimiento digno de un noticiero. Pero no se engañen; su capacidad para conmover es inmensa. Este documental es como el reverso de todas las fantasías que Hollywood, el mundo del espectáculo y la prensa rosa llevan tanto tiempo queriéndonos meter en la cabeza; fantasías de un mundo de hadas. Precisamente porque recuerda en tantas cosas a esas fantasías, que aquí aparecen abortadas y marchitas, Grey Gardens es como una bofetada...
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