¿Acaso es culpa mía que los hombres me deseen? ¿Debo sentirme culpable de que el cielo me hiciera bella? Muchas otras quisieran lograr de cualquier modo lo que a mí me ha sido dado sin solicitarlo, y sería ingratitud ocultar la hermosura que tantos celebran. Es cierto que uso perfumes y afeites para resaltar dichas hermosura; pero, a fin de cuentas, ese y no otro es mi modo de sustento. ¿Sería alguien capaz de pedir al panadero que destroce el pan que le hace ganar unas monedas? Entonces, ¿por qué habría yo de esconderme o taparme o incluso neg
|
etiquetas: teatro , mundo