Durante 40 años, el fotógrafo George Lange ha guardado una pequeña caja como si fuera un tesoro, una caja que ha conservado cerrada, de forma hermética, y a la que se ha aferrado igual que quien aferra a un recuerdo que teme que desaparezca para siempre. La caja contiene objetos de gran valor sentimental, pero también artístico. Pertenecieron a una amiga que murió cuatro décadas atrás, cuando un día decidió poner fin a su existencia saltando desde lo alto de un edificio de apartamentos en Nueva York.
|
etiquetas: francesca woodman , fotografía , fotógrafa , arte