Si no se paran primero los desmanes que causamos nosotros, la persecución de las mal llamadas especies invasoras no es más que la búsqueda de un chivo expiatorio. Así no se va a solucionar nada, más bien al contrario se van a empeorar las cosas mientras no reconozcamos que la especie exótica invasora más dañina es Homo sapiens. Primero controlémonos a nosotros mismos y luego veamos tranquilamente lo siguiente a solucionar.
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