Es muy posible que todos lo hayamos sentido así alguna vez al ir a recogernos por la noche. ¿Y si no despierto? La sombra de la extinción puede estar detrás de cada una de las veces que nos tumbamos a descansar. Dormir es morir un poco. O al revés. De sobra está ilustrado una y mil veces en la poesía universal con el Endymion de John Keats, Borges, Irving y, por supuesto, la bella durmiente de los hermanos Grimm.
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