Nacido en uno de los barrios populares donde más resistencia hubo a las tropas de Queipo de Llano, Antonio Perea ayudó a las personas que aguantaban en las barricadas con comida y víveres en Sevilla. Fue juzgado y condenado por un Consejo de Guerra a 14 años, 8 meses y un día de prisión. En la cárcel esculpió Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras. Se inspiró en una obra de El Greco El Expolio y un compañero de prisión condenado a muerte.
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