En el momento de su lanzamiento, de forma experimental, en el Salón de Nueva York de 1964, las familias de clase media estadounidense ya se veían dentro de unos años al volante de jets con ruedas. Económico, fiable y silencioso, lo tenía casi todo y Chrysler creía en su proyecto: montó una gira mundial donde enseñaría el coche en 23 ciudades de 21 países diferentes. El Chrysler Turbine prometía un futuro para la automoción que nunca llegó.
|
etiquetas: chrysler , turbine , reacción , motores , 1864 , turbina , coche