Estos coches hacían servicios de todo tipo: trabajaban para clientes particulares, en los hoteles, en el aeropuerto de Barajas y en las agencias de viajes para recorridos turísticos. Los conductores estaban obligados a estar detenidos en las paradas oficiales del ayuntamiento, en los garajes o en el domicilio de las empresas. Sin embargo, la picaresca siempre acababa imponiéndose. Muchos de los conductores de gran turismo no cumplían las normas. "Había desavenencias y peleas entre los taxistas y los Gran Turismo.
|
etiquetas: franco , vtc , licencias , franquismo , taxis