Pocas cosas generan mayor placer estético y sutileza contemplativa que observar aves en su hábitat. Históricamente, el antiguo arte de la observación de aves ha reunido a espíritus sensibles, naturalistas y artistas que se interesan por la belleza del color y el sonido y la exuberancia de la naturaleza. Más que ninguna otra especie, las aves han sido asociadas con la belleza; esto seguramente se debe a su característica profusión de colores, su delicadeza de movimiento, su melodiosa voz y quizás, también, a que son capaces de volar y habitar ce