El espacio en cuestión se llama “¡Vaya fauna!”, y nos arrastra a los tiempos de la televisión más decrépita y roñosa. Sólo por el momento en que un tipo obliga a que un oso pardo realice un corte de mangas, cuando el humano grita “fuck”. El éxito de “¡Vaya fauna!” es el éxito de la ignorancia. Y nos recuerda que vivimos en el país donde a la tortura de herbívoros se le llama “fiesta nacional”, y donde espectáculos de la sordidez del toro de la Vega son considerados una tradición que defienden miles de personas.
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